El Deportivo Pereira no logra levantar cabeza. En la fecha 13 de la Liga BetPlay, el equipo de Rafael Dudamel empató 2-2 frente a Unión Magdalena en el estadio Hernán Ramírez Villegas, resultado que mantiene la preocupación de la hinchada y agrava la crisis institucional y deportiva que atraviesa el club matecaña.
La tarde comenzó con ilusión. Apenas al minuto 5, John Edison Largacha abrió el marcador luego de una combinación con Sami Merheg y un centro desde el costado oriental. El grito de gol encendió las tribunas y parecía que sería una jornada de reivindicación para el cuadro de la Perla del Otún. Pero el entusiasmo se diluyó rápidamente. Pereira cedió la posesión, se mostró impreciso y Unión Magdalena empezó a imponer condiciones, favorecido por el clima y por la pasividad del local.
En el minuto 34 llegó el empate visitante. Tras un remate contenido a medias por Salvador Ichazo, el rebote quedó servido para que Héctor Urrego empujara la pelota al fondo. El 1-1 silenció el estadio y reflejó las dudas que vive el equipo. Así concluyó la primera mitad: con sol radiante en el cielo pereirano, pero con sombras en el rendimiento del onceno rojamarillo.
Para el segundo tiempo, el clima cambió como suele hacerlo en la ciudad: la lluvia se apoderó del partido y complicó aún más el desarrollo del juego. Dudamel envió al campo a Yesús Cabrera para darle más claridad en ataque, pero fue Unión Magdalena el que golpeó primero. Al minuto 65, en un contragolpe letal, Fabián Cantillo puso el 1-2 aprovechando los espacios que dejó Pereira al adelantar sus líneas en busca del triunfo.
El aguacero y el marcador en contra parecían sentenciar al Matecaña, pero apareció la juventud de Sami Merheg para revivir la esperanza. El delantero, que se ha convertido en goleador y figura del equipo, cazó un centro al minuto 79 y decretó el 2-2 con un remate certero.
Los últimos minutos fueron un suplicio. La cancha empapada limitó la construcción de juego y el Unión se replegó con orden, apostando al contragolpe. Incluso, sobre el final, los samarios estuvieron cerca de quedarse con la victoria, pero una intervención providencial de Ichazo mantuvo el empate.
El pitazo final desató la inconformidad de la afición. En las tribunas, pancartas y cánticos exigieron la salida del máximo accionista del club, quien sigue ausente en los momentos de crisis. Pereira no solo arrastra malos resultados, sino también problemas administrativos que profundizan la incertidumbre sobre el futuro inmediato.

Con este empate, el cuadro matecaña continúa cediendo puntos en condición de local, se aleja cada vez más de la clasificación y ve cómo la crisis se convierte en un peso que no logra sacudirse. Ahora, la próxima parada será frente al Deportivo Cali, en un partido donde más que puntos estará en juego la fe de una hinchada que no aguanta más frustraciones.